EL FÚTBOL

Mucha gente opina que el fútbol es deporte que entretiene bastante.
Pero también posee el carácter de volver agresivos tanto a sus participantes como a su hinchada.
Esto es extraño pero cierto. A diario vemos en las noticias manadas de personas, que más bien parecen animales, alterando la tranquilidad de muchas otras.Incluso afecta de manera negativa a la educación.

Un claro ejemplo es el típico familiar que cuando un jugador de su equipo falla una clara ocasión el típico insulto es ¡Negro! ¿Acaso eso es un insulto?
La verdad es que sí. Es un insulto hacia su propia dignidad.
La cordura de la afición se fue rodando a la velocidad de un balón en un campo mojado.
Otra pregunta que debemos hacernos es ¿Puede ser normal que un país  esté mal y se olvide de todo al ganar un mundial?
Raramente sí.
Hay una profunda crisis y el desempleo aumenta por cada minuto que pasa en el terreno de juego, y aún así, se reúnen montones de -lo repito-  manadas para celebrarlo.
Si ese número de personas se agrupara para protestar por sus derechos el mundo cambiaría, pero claro, la fiesta compensa el dolor.
Esta es mi visión triste ante una sociedad decadente.
Autor: José Ángel

¿De qué piensas disfrazarte?

Hoy estoy dispuesto a hablaros de una temática un poco “sobrenatural” a la que todos solemos acudir alguna vez. No solo el hecho de intentar ser nosotros mismos las 24 horas del día nos va ayudar a sentirnos mejor, ya que siempre estamos influidos por alguna moda, habladuría del momento o cualquier otro agente externo que se nos mete en el cuerpo y nos cambia nuestra forma de actuar, la cual, es similar a un resfriado de invierno.

No tengo una carrera de equis años en psicología pero se perfectamente cuando alguien se ha dejado llevar por la corriente o todavía esta atenazado a un resquicio de la orilla.

Con el título de este texto no quiero referirme a los próximos días carnavalescos que acontecerán sino a la capacidad que tienen algunas personas para refugiarse en modas que no tienen más sentido que el que nosotros queremos darle.

No pienso poner algunos ejemplos porque me parece que no tengo derecho a juzgar a alguien sólo por el hecho de que yo en particular discrepe en su forma de pensar, vestir, hablar, etc.

Pero lo que sí creo es que mucha gente debería seguir mi ejemplo.

EL PAPEL MISTERIOSO

He salido de casa maldiciendo la rutina de la vida. ¡Pero vaya! Algo ha roto cualquier esquema planteado y ha conseguido hacer este día bastante extraño.
Esto se debe a que cuando iba caminando por las calles de mi ciudad, que por cierto parece un pueblo, encontré una carta que decía:

"¡Estoy harto! Por culpa de ustedes, señores comerciantes, los valores se están perdiendo. ¿Acaso la felicidad está en una simple caja de bombones con forma de corazón? Claramente no.

Para su información lo más dulce del amor es una caricia. 

¿Reside el cariño en un ramo de rosas? ¡Nunca!

El aprecio es la flor que se planta en nuestro corazón y se riega cada vez que éste bombea la sangre.

Quiero decirles que ya sé que su interés siempre será obtener beneficios. Pero por favor, no utilicen mi imagen para engañar al mundo."

Firmado: Cupido

Este acontecimiento ha sido realmente sorprendente. Pues una mirada seguida de una sonrisa es el mejor regalo.

Autor: José Ángel.

Mi despieste

Diariamente nos vemos obligados a atender a numerosas tareas y citas que se nos acumulan. Estos contratiempos nos llevan a dar prioridad a unas cosas y a otras, pero no siempre podemos atender a todas a la vez, ya que se nos escapan como agua entre las manos o porque simplemente el día tiene 24 horas y nosotros una sola mente con la que pensar.

Cuando nos damos cuenta que hemos hecho algo que no debíamos o hemos puesto en un lugar equivocado algo a lo que no hemos dado más importancia que la de pasar de ella, lo mejor que podríamos hacer sería rectificar y enmendar lo fallido, pero la menera de hacerlo tiene que ser tan sutil y perspicaz como la forma en la que la hemos “jodido”.

Y con esto quiero decir que es bueno no elegir siempre la elección correcta, pero también saber donde colocar las cosas más importantes y susceptibles, para así, no tener que emplear más tiempo del que has perdido en darle una solucion a tu problema.

“El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.” (William Shakespeare)