Para inaugurar la tanda de artículos que os iremos mostrando yo y mi compañero, he traído conmigo una idea sobre la que debatir y reflexionar con los receptores de este blog.
Como todos sabremos se acercan unas fechas muy comprometidas y prosperas, en la que todo debería ser felicidad y alegria, amor y solidaridad pero, ¿qué pasa cuando estos sentimientos abstractos se convierten en algo material llamado dinero?.
Todos alguna vez, hemos comprado un regalo por el simple hecho de quedar bien delante de una persona o para demostrar que quieres a la misma. Pero hay veces, que esa forma de demostrar se anula completamente cuando pensamos que la cantidad de obsequios dados influye notoriamente en el valor sentimental que vamos a dar a esa persona.
Por eso, también quiero hablaros sobre otro elemento bastante derrochador al que solemos estar acostumbrados, que es el ámbito de emperifollar o decorar nuestra propiedad hasta el último resquicio de nuestro tejado, al cual, para finiquitar la esforzosa tarea le solemos colocar una bonita frase propia de la época... “Merry Chrismas”.
Ya que podría estar hablando, sobre estos temas hasta la Navidad del año que viene prefiero dejaros mi pequeña meditacion ante esta situación, la cual es, que el significado de la Navidad (si es que se le puede asignar alguno) ,no es dejarte la paga extra en burdos adornos que van a estar más tiempo adquiriendo polvo que un catarro cuando estén puestos a la intemperie, sino disfrutar de cada momento bueno que se te precie, ya no sólo en este periódo de tiempo, que para ser feliz no hace falta serlo unicamente en Navidad, pero tampoco nos podemos fijar en el estilo vida que solemos cargar a nuestras espalda dia a dia, ya que este, no se caracteriza especialmente por ser el más idílico y real.
Autor: Álvaro C.
Autor: Álvaro C.
