viernes, 20 de enero de 2012

¡No tengo ganas!

En la mayoría de las veces, una jornada intensa de trabajo, de estudios o cualquier otra actividad a la que estamos adaptados a hacer, provoca que no salgamos con la mejor de nuestras caras...
Aunque no es malo sentirse “descafeinado” ante un día que ya ha concluido para ti, sientiendo que no has dado ni tiempo a que los rayos solares se desvanezcan como hojas en otoño, que esperan comenzar de nuevo el ciclo que da paso a la primavera.
Si eres de los que piensa que tomarte un respiro de vez en cuando es perder el tiempo, yo te digo que me encanta perder mis horas relajado, en la más absoluta parsimonia de mi ser, dejando que mi mente y yo arreglemos nuestras diferencias para dar paso a una claridad que nos ayude a combatir el día a día.
Dicen que... “La vida es una cámara de tortura, de la cual saldremos muertos”.
El propósito de mis amadas palabras no son que os convirtáis en la viva personificación del “Carpe Diem”, aunque tampoco quiero que dejéis pasar las horas sumergidos en la más palpable agonía, ya que pretendo que tengáis la suficiente razón para ser una persona que sabe cual es su sitio y en que momento colocarse en él.

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